Desde que el DNU derogó la Ley de Alquileres, rescindir un contrato cambió por completo. Si estás pensando en irte antes, hay cosas que tenés que saber

Dejar un alquiler antes de tiempo puede parecer simple, pero con los cambios legales recientes, hay nuevos detalles a tener en cuenta. En esta guía te explicamos cómo rescindir un contrato de forma segura, cuándo corresponde pagar penalidades y qué hacer si el dueño no cumple.
Todo lo que necesitás saber para evitar complicaciones innecesarias.
¿Querés rescindir tu alquiler? Antes, respirá hondo y leé esto
Tomar la decisión de dejar una vivienda alquilada antes del plazo pactado no es fácil. A veces aparece un nuevo trabajo, una separación, un problema económico... o simplemente ya no te sentís bien en ese lugar. Lo cierto es que, con los cambios legales, lo que antes era una serie de pasos bastante predecibles, ahora tiene nuevas reglas.
Desde que entró en vigencia el DNU 70/2023, ya no corre la Ley de Alquileres anterior. Y eso impacta directamente en cómo, cuándo y con qué consecuencias puede terminarse un contrato de forma anticipada.
Lo primero -y fundamental- es saber cuándo firmaste el contrato. Si fue antes del 29 de diciembre de 2023, todavía se rige por la normativa anterior. Si fue después, aplica el nuevo esquema, más flexible en algunas cosas, pero también más exigente en otras.
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¿Qué cambió en la rescisión anticipada?
Hasta no hace mucho, el inquilino que avisaba con 90 días de anticipación podía irse sin pagar ninguna penalidad. Si no daba ese preaviso, tenía que pagar un mes y medio (o un mes) de alquiler, según en qué momento del contrato se bajaba.
Pero ahora, con el DNU, ese sistema quedó en el pasado. Ya no hay que avisar con tanta anticipación, es cierto. Sin embargo, si decidís cortar por tu cuenta, vas a tener que pagar una indemnización equivalente al 10% del saldo restante del contrato. No parece mucho… pero si te faltan, por ejemplo, 10 meses, hacé la cuenta: puede doler.
Cómo evitar problemas si te vas antes
Si ya tomaste la decisión, lo mejor que podés hacer es dejar todo claro. Nadie quiere discusiones, amenazas ni idas y vueltas con abogados. Por eso, te conviene seguir estos pasos:
1. Notificá por escrito tu decisión
No alcanza con un mensajito de WhatsApp. Usá un medio formal y dejá constancia de la fecha en la que vas a entregar la propiedad.
2. Firmá un acuerdo de rescisión
Lo ideal es que ambas partes (vos y el dueño, o la inmobiliaria) firmen un documento donde quede todo asentado: fecha de salida, deudas saldadas, estado del inmueble… todo.
3. Revisen juntos el estado de la vivienda
Hacer un inventario es clave. Sacá fotos, anotá detalles, y si podés, hacelo con alguien presente. Así evitás que te descuenten del depósito cosas que no corresponden.
4. Pagá lo que debas
No entregues las llaves si quedan expensas, alquileres o servicios sin pagar. Cerrá todo antes, y con recibos.
5. Recibí el depósito en garantía
El propietario tiene que devolvértelo, salvo que haya daños reales o deudas. Si firmaste el contrato antes del DNU, el monto se calcula según el último alquiler pagado.
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La famosa cláusula del 10%: cuándo se paga y cuándo no
Este punto genera muchas dudas. Y es que no siempre hay que pagar ese 10%. Solo corresponde cuando el inquilino se va sin una causa justificada, o sea, porque quiere.
Ahora bien, si el dueño no cumple con su parte -no arregla nada, no responde, el lugar se vuelve inhabitable- entonces la ley te protege. En esos casos, podés rescindir sin pagar ninguna penalidad.
El artículo 1220 del Código Civil y Comercial (CCyC) lo dice claro: si el incumplimiento es del propietario, el contrato puede terminarse sin consecuencias para el inquilino.
Ejemplos hay muchos: filtraciones que inundan el techo, instalaciones eléctricas peligrosas, humedad que enferma o baños que no funcionan. Y si el propietario no hace nada, tenés derecho a irte. Punto.
No todos los contratos son iguales: ojo con las cláusulas
Aunque ahora todo se rige por el Código Civil y Comercial, cada contrato puede tener sus propias condiciones. Algunos piden notificaciones por carta documento, otros establecen plazos mínimos o cláusulas especiales.
Por eso, antes de tomar una decisión, leé bien tu contrato. Revisalo con calma. Y si algo no entendés, pedí ayuda profesional. Te puede ahorrar más de un dolor de cabeza.
También es fundamental dejar registro de todo. Guardá los mails, las notificaciones, incluso los mensajes formales. Porque si todo queda “de palabra”, después es tu palabra contra la del otro. Y eso… puede complicarse.
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¿Y si todavía no firmé contrato?
Si estás por alquilar y no querés sorpresas más adelante, lo mejor es dejar las condiciones claras desde el día uno. Hablá del tema, preguntá qué pasa si te querés ir antes, cómo se maneja la devolución del depósito, y que todo quede por escrito.
No es desconfianza. Es previsión. Y la verdad es que te vas a sentir mucho más tranquilo.
Preguntas frecuentes
1. ¿Puedo irme del alquiler sin avisar con 90 días?
Sí. Con el DNU ya no se exige ese plazo, pero conviene avisar con tiempo (si no existe una cláusula que lo fije) para evitar conflictos.
2. ¿Qué pasa si me voy antes del contrato?
Tenés que pagar una penalidad del 10% del saldo de meses restantes, salvo que haya una causa justificada.
3. ¿Y si el dueño no arregla nada?
Si el propietario no cumple con su parte, podés irte sin pagar multa. Asesorate antes con un profesional. La ley te respalda.
4. ¿Cómo me aseguro de recuperar el depósito?
Dejá todo por escrito, hacé una inspección y exigí un recibo que detalle los descuentos (si los hay). En contratos anteriores al DNU, se devuelve según el último alquiler.
5. ¿Puedo firmar un acuerdo para irme antes sin pagar?
Sí. Si el propietario está de acuerdo, pueden rescindir de común acuerdo y evitar penalidades.