¿Cuál es la mejor inversión: propiedades en pozo o a estrenar?

El mercado inmobiliario atraviesa una etapa de transformación, evidenciada por la marcada diferencia de precios entre las viviendas a estrenar y aquellas en construcción (en pozo). Comprender estas diferencias es clave para tomar una decisión de inversión informada.
Condiciones del mercado
Las propiedades terminadas mantienen valores elevados debido al incremento en el costo de reposición y la inflación en materiales, que alcanzó un 70% interanual antes de mostrar signos de desaceleración. En contraste, los desarrollos en pozo presentan precios más competitivos y esquemas de pago flexibles, lo que resulta atractivo para compradores que buscan equilibrar inversión y rentabilidad futura.
Si bien las propiedades terminadas cuentan con costos fijos, las construcciones en pozo enfrentan variaciones en los costos en dólares. Sin embargo, la reciente estabilización del dólar ha reducido esta brecha, permitiendo a los desarrolladores que invirtieron con un dólar oficial más bajo ofrecer precios más accesibles.
Por otro lado, se espera que el Ministerio de Economía regule próximamente las hipotecas divisibles, permitiendo la compra de viviendas en construcción mediante créditos hipotecarios. Esta medida podría incentivar a los bancos a destinar fondos a esta nueva línea de financiamiento.
Las actuales condiciones macroeconómicas, como el aumento en las tasas de interés para créditos hipotecarios en viviendas nuevas y usadas, han generado cautela entre los compradores. En este contexto, la brecha de precios entre propiedades en pozo y a estrenar se amplía, influenciada por el acceso al financiamiento y las expectativas económicas.
Análisis Comparativo
Invertir en una propiedad en pozo resulta atractivo para quienes buscan ingresar al mercado con un desembolso inicial menor. El precio de las unidades en construcción puede ser entre un 20% y un 25% inferior al valor de la vivienda terminada. Además, los pagos distribuidos a lo largo de la construcción brindan mayor flexibilidad financiera.
Por otro lado, comprar una propiedad terminada elimina preocupaciones sobre demoras y sobrecostos, ya que el inmueble está listo para habitar. No obstante, el pago total debe realizarse en un plazo más corto, lo que puede ser una limitación para algunos compradores.
La posibilidad de pagos flexibles durante y después del período de obra es una de las principales ventajas de la compra en pozo. Algunas empresas incluso han facilitado el acceso mediante anticipos reducidos, lo que, sumado a la revalorización del inmueble, puede traducirse en una mayor rentabilidad.
En conclusión, tanto las propiedades en pozo como las viviendas a estrenar ofrecen ventajas y desafíos. La decisión dependerá de las condiciones financieras del comprador y su estrategia de inversión a largo plazo. En un mercado marcado por la volatilidad y las expectativas económicas, conocer estas diferencias resulta fundamental para tomar la mejor decisión de inversión.
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