El riesgo de "Hasta que no encuentre la vivienda que quiero... no vendo la mía"

Bloquear la venta por temor a no encontrar la casa soñada: ¿jugada estratégica o la trampa que puede arruinar tu operación?

El riesgo de Hasta que no encuentre la vivienda que quiero... no vendo la mía - facundopolo.com
El razonamiento es lógico. Sin embargo, detrás de esa aparente estrategia de seguridad, también aparecen riesgos, demoras y oportunidades perdidas.


Te cuento algo que escucho cada tanto: “Hasta que no encuentre la vivienda que quiero, no vendo la mía”. Te juro, lo repiten todos. Desde matrimonios jóvenes que buscan una casa más grande porque se viene un bebé, hasta parejas mayores que ya no quieren escaleras y sueñan con un departamento con balcón.

Y no es que esté mal. Tiene lógica. Pero ojo, porque esa jugada, que parece segura, muchas veces se convierte en un callejón sin salida. Yo lo vi mil veces: propietarios que esperan, esperan, esperan… y al final terminan perdiendo oportunidades increíbles.

Vamos a desmenuzar esto en detalle, porque sé que tal vez vos estés en ese punto justo ahora.

¿Por qué tantos dicen “no vendo hasta encontrar”?

Mirá, no es capricho. Es miedo. Miedo a quedarse sin techo. Miedo a vender y que después no aparezca nada que encaje con lo que soñás.

Me pasó con una clienta, Marta, 62 años. Tenía un caserón enorme en zona centro. Decía: “Facu, hasta que no vea el departamento luminoso que quiero, yo de acá no me muevo”. ¿El resultado? Estuvo dos años dando vueltas. Dos. Y cuando encontró “el indicado”, ya lo habían reservado otros porque no tenía lista su venta. Una pena.

Lo que hay detrás de esta frase es seguridad. Y la seguridad, claro, se valora mucho.


El problema de esperar (y esperar demasiado)

A ver, seamos francos: esperar puede salir caro.

● Los compradores buenos se enfrían. No esperan eternamente.
● Los precios cambian. En Argentina todo cambia… dólar, inflación, el mercado. Lo que hoy vale X, mañana vale X más un X%.
● El desgaste mental… uf. Vivir con la casa publicada, mostrando, recibiendo llamadas, y sin decidir nada, es agotador.

Me acuerdo de un cliente que siempre decía: “No tengo apuro”. Bueno, al final tuvo que bajar el precio un 15% porque los interesados se habían cansado.

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Cómo afecta a la negociación

Acá entra la parte más dura. Si vos no tenés urgencia, lo transmite tu cara, tu voz, todo. Y ojo, puede sonar bien (“no estoy desesperado, me respeto”), pero muchas veces al comprador le da la sensación de que la operación no va a salir nunca.

Y al revés también: si vos vas a comprar y el dueño ve que todavía no vendiste la tuya… ¿Qué pensás que pasa? Exacto: no te toma en serio. Te pide una reserva más grande, plazos más cortos o directamente no te espera.

Esto genera un efecto dominó. Una cadena de ventas que nunca terminan de cerrarse.

Vender primero, comprar después (la jugada inversa)

Esta es la que yo recomiendo en la mayoría de los casos. Sí, ya sé, suena riesgoso. Pero en la práctica, muchas veces sale mejor.

● Tenés la plata en la mano. Y con efectivo, se negocia de otra manera.
● Sabés exactamente con cuánto contás. No hay sorpresas.
● Te podés mover rápido cuando aparece la oportunidad.

El único “pero” es el más obvio: ¿Y dónde vivo mientras tanto? Bueno, ahí entran los alquileres temporarios, los parientes que te bancan un par de meses, o incluso negociar con el comprador que te deje quedarte en la propiedad un tiempo más. Todo se puede charlar.


Estrategias intermedias: ni tan blanco, ni tan negro

Hay un gris en el medio que a veces salva la jugada:

Boleto con entrega diferida: vos vendés, pero pactás entregar la casa dentro de seis meses. Tiempo para buscar tranqui.
Seña con derecho de arrepentimiento: comprás, pero si no lográs vender, podés salirte perdiendo solo la seña.
Alquiler con opción de compra: menos común, pero existe. Alquilás hoy y tenés la chance de comprar en X meses.

Claro, todo esto requiere papeles, abogados y prolijidad. Pero sirve.

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El corredor como mediador

Te soy honesto: acá es donde un corredor inmobiliario marca la diferencia. Porque no es solo mostrar casas. Es negociar plazos, calmar ansiedades, encontrar el equilibrio.

Yo más de una vez arreglé ventas donde el comprador decía: “Ok, te compro, pero te dejo vivir seis meses más en la casa hasta que consigas algo”. ¿Ves? Eso lo logra la confianza y la negociación fina.

Y también sé decirle a un cliente: “Mirá, tu propiedad está sobrevaluada. Bajemos un poco si querés vender de verdad”. No es fácil, pero si no ajustás, se traba todo.

Consejos prácticos si estás en esta disyuntiva

Definí qué querés primero: ¿espacio, ubicación, precio? No existe la casa perfecta, existe la casa posible.
Tené un plan B: un alquiler temporario no es el fin del mundo.
No te enamores de tu casa: te dio mucho, sí, pero ahora es un bien en venta.
Movete con tiempos reales: hoy en Rosario, por ejemplo, una propiedad bien tasada puede tardar entre 3 y 6 meses en venderse. No lo olvides.


Paciencia sí, pero sin quedarse dormido

Yo entiendo. Mudarse es un cambio gigante. Queremos que todo salga perfecto. Pero en inmuebles, la perfección casi nunca existe. Lo que sí existe es la oportunidad. Y esa, créeme, no siempre espera.

Así que si estás con la idea de vender pero repetís la frase “hasta que no encuentre, no vendo”… pensalo dos veces. Tal vez la jugada ganadora sea otra.




Preguntas Frecuentes

1. ¿Es mejor vender mi casa primero o comprar primero otra?

Vender primero te da liquidez y más fuerza para negociar. Comprar primero te asegura techo, pero te ata financieramente.

2. ¿Qué pasa si vendo y no encuentro a tiempo?

Alquiler temporario, negociación de entrega diferida o, en última instancia, pedirle una mano a la familia. Siempre hay salida.

3. ¿Cuánto tarda en venderse una propiedad en Argentina?

Depende de la ciudad y el precio. Bien tasada, entre 3 y 6 meses.

4. ¿Qué pasa si mi comprador no me espera?

Perdés la operación. Por eso conviene negociar plazos claros desde el principio.

5. ¿Cuál es el error más común de los vendedores?

Creer que su casa “vale más” y no flexibilizar. Eso retrasa todo.