¿Vas a sacar un crédito? Cómo leer la letra chica (y no pagar de más)
Si vas a pedir un crédito hipotecario, hay tres siglas que necesitás dominar: TNA, TEA y CFT. Te explicamos qué significan y por qué importan
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Sacar un crédito hipotecario no es como elegir una promo del súper. Es algo grande. Algo que te acompaña durante años y puede cambiar tu día a día. Esa tasa baja que parece una oportunidad imperdible puede esconder comisiones, seguros o intereses que nadie te explicó bien. Y es que no se trata solo de cuánto pagás por mes, sino de cuánto vas a terminar pagando en total.
En esta nota, explicamos de forma clara y práctica qué significan la TNA, la TEA y el CFT, y cómo usarlas a tu favor para entender el verdadero costo del préstamo. Una guía imprescindible antes de endeudarte a largo plazo.
Pedir un crédito no es solo firmar papeles: aprendé a leer la letra chica
Cuando estás por sacar un préstamo hipotecario, los números grandes no son lo único importante. Es fácil fijarse en la tasa de interés que aparece destacada en la web del banco, pero ese número -la famosa TNA- no cuenta toda la historia.
Para saber realmente cuánto vas a pagar, hay que ir un poco más allá y entender tres conceptos clave que hacen la diferencia entre una cuota manejable y un dolor de cabeza: TNA, TEA y CFT.
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TNA: la tasa que todos muestran, pero que no lo dice todo
La Tasa Nominal Anual (TNA) es como el precio de lista de un producto: te da una idea del costo, pero no incluye impuestos ni cargos extra. En los préstamos, funciona igual.
Por ejemplo, si pedís $1.000 con una TNA del 20%, te dicen que en un año devolverás $1.200. Pero ojo: ese cálculo es solo una aproximación. No contempla cómo se acumulan los intereses ni otros gastos asociados.
Es como ir al supermercado, ver una promo atractiva en la góndola y, al pasar por caja, darte cuenta de que había un plus por impuestos o recargos. Con el crédito, ese “plus” puede ser significativo.
TEA: el interés real, con efecto multiplicador
La Tasa Efectiva Anual (TEA) muestra el costo real del préstamo cuando se tiene en cuenta un detalle clave: la capitalización de intereses.
¿En qué consiste? Cada vez que se suman intereses al capital y esos intereses también empiezan a generar intereses, entramos en el mundo del interés compuesto. Es un efecto multiplicador que puede hacer crecer la deuda más de lo que imaginabas.
La TEA es siempre mayor o igual que la TNA, salvo que los intereses se capitalicen una sola vez al año. Si el préstamo tiene pagos mensuales, trimestrales o cualquier otra frecuencia, la TEA te da una imagen más precisa del costo total.
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CFT: el número más importante (y a veces el más escondido)
Llegamos al que debería ser el gran protagonista de cualquier decisión financiera: el Costo Financiero Total (CFT). Este dato integra absolutamente todo: TNA, comisiones, seguros, impuestos, gastos administrativos y cualquier otro cargo adicional.
¿El problema? No siempre está claramente visible. A veces aparece en letra chica, otras veces sin el IVA incluido, o como un estimado. Pero es el valor que realmente importa para saber cuánto terminarás pagando por tu crédito.
Dos bancos pueden ofrecerte la misma TNA, pero si uno cobra comisiones más altas o exige seguros adicionales, el CFT puede dispararse. Comparar el CFT entre entidades es lo que realmente marca la diferencia.
Tres letras, una decisión: cómo evitar sorpresas al pedir un crédito
Antes de firmar un contrato hipotecario, asegurate de entender estos tres conceptos:
• TNA: la tasa nominal, base para empezar a calcular.
• TEA: incluye cómo se acumulan los intereses en el tiempo.
• CFT: el costo total, incluyendo todo lo que vas a pagar.
La clave está en no quedarse solo con el número más visible. Hacé cuentas, leé bien las condiciones y compará ofertas con la mirada puesta en el CFT con IVA. Así podés elegir con información real, sin sorpresas ni sobrecostos inesperados.