Esa propiedad ya tiene novio: una historia de amor, marketing y negociación
Antes de que el corretaje fuera una profesión, los vendedores decían “ya hay un novio”. Hoy la frase sigue viva y todavía mueve decisiones
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En el mundo inmobiliario, hay frases que ya se volvieron leyenda. Una de ellas es: “Mirá que la propiedad tiene un novio”. Pero ¿es real o pura estrategia? |
En la época en que vender una casa era más una cuestión de intuición, los vendedores solían decir: “Esa propiedad ya tiene novio”. La frase, nacida en los tiempos de los avisos en los diarios y las oficinas en los bares, servía para crear expectativa y apuro. No había plataformas ni CRM, pero sí olfato, persuasión y mucho oficio.
Hoy, aunque el mercado se volvió más profesional, ese viejo recurso aún sobrevive en las negociaciones, recordando que detrás de cada operación hay algo que las normas no regulan: el deseo.
Una herencia del corretaje de antes: cuando vender era cuestión de calle y oficio
Es una historia en esos años donde la inmobiliaria era casi una extensión del bar de la esquina. Antes de que los corredores fuéramos profesionales matriculados, el corretaje era una actividad comercial. Se aprendía mirando, escuchando y caminando. No había diplomas ni códigos de ética. Lo que había eran vendedores con olfato.
Y ahí nació el famoso “ya hay un novio”. No lo inventó un corredor, sino un vendedor. Un tipo que veía dudar al comprador y, sin pestañear, soltaba esa frase mágica: “Mirá que la casa ya tiene un novio”.
Y listo. El cliente, que estaba en veremos, de golpe sentía que si no cerraba, se la perdía. Era otro tiempo, sí. Pero algunos hábitos quedaron.
¿Qué significa que una propiedad “tiene un novio”?
En el lenguaje inmobiliario, “tener un novio” quiere decir que hay otro interesado en comprar o alquilar la propiedad. El problema es que esa figura del “novio” se volvió un arma de negociación.
En los 80 y 90, cuando la venta era más artesanal, los vendedores usaban esa frase como una mezcla de truco y advertencia. No era necesariamente mentira, pero… digamos que la verdad se contaba con matices.
El cliente dudaba, el vendedor tiraba el “hay un novio” y el trato se cerraba al día siguiente. Era una forma de meterle picante a la charla, de crear urgencia. Y la verdad, funcionaba.
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Por qué el “novio” funcionaba (y sigue funcionando)
El “novio” apela a algo que todos sentimos, el miedo a perder una oportunidad. La escasez es una emoción poderosa. Si te dicen que algo está por irse, automáticamente lo querés más.
Con las propiedades pasa igual. Esa casa que te gustaba “más o menos”, cuando te dicen que “ya hay un novio”, se vuelve irresistible. Y sí, los vendedores de antes lo sabían de memoria. Sin leer un libro de psicología ni hacer un curso de marketing.
Una frase, un tono, una mirada, y el comprador ya estaba calculando cuánto podía ofrecer. Era pura intuición, pura calle.
Del oficio al profesionalismo: lo que cambió (y lo que no)
Hoy el corretaje es una profesión regulada. Tenemos matrícula, normas éticas y responsabilidad legal. Ya no se trata solo de “cerrar una venta”, sino de asesorar y acompañar decisiones informadas.
Y sin embargo… el mito del novio todavía circula. A veces lo dice el propietario directamente (“ya tengo a alguien que la quiere”), otras lo repite algún colega de la vieja escuela, más por reflejo que por convicción.
La diferencia es que ahora sabemos lo que implica. Usar esa frase sin fundamento puede ser visto como una práctica desleal. Y en este rubro, la confianza vale más que cualquier cierre. La transparencia también vende.
Cómo saber si el “novio” existe o si es puro cuento
A esta altura, ya todos tenemos el radar afinado. Pero te dejo algunas pistas prácticas:
● Pedí precisiones. Si el vendedor dice que “ya hay un novio”, preguntá: ¿presentó oferta? ¿Hay reserva? ¿O solo mostró interés?
● Observá los tiempos. Si la propiedad lleva meses publicada y justo hoy aparece un novio, algo no encaja.
● Escuchá el tono. Los vendedores viejos tenían ese arte de sonar convincentes. Pero si sentís que hay presión más que información, probablemente sea humo.
● Confiá en tu instinto. No falla. Si algo suena forzado, probablemente lo sea.
Una vez un cliente me dijo: “El novio que nunca se presenta, no existe”. Tenía razón.
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Qué hacer si el vendedor te tira el “ya hay un novio”
Primero, tranquilo. Esa frase está diseñada para sacarte del eje, para empujarte a decidir rápido.
Pero vos no estás comprando caramelos, estás por invertir tus ahorros.
Mi consejo:
1. Analizá los números con frialdad.
2. Si te gusta, hacé tu oferta igual. Si el “novio” no concreta, quedás primero.
3. No pagues más de lo que vale solo por miedo a perderla.
4. Y si sospechás que es verso, pedí una constancia o dejá una reserva condicional.
Si la operación es para vos, no hay novio que te la quite.
En la era digital, el “novio” se modernizó (pero no desapareció)
Hoy el “novio” llega por WhatsApp o aparece en las redes con frases como: “Hay varias consultas activas” o “Quedan últimas unidades”.
Es la versión 2.0 del mismo mito. Solo que ahora el disfraz es más tecnológico.
Pero los compradores también evolucionaron. Podés ver cuánto hace que está publicada, si bajó el precio, si cambió de inmobiliaria. La información está ahí, al alcance de todos.
Y sin embargo, el mito sobrevive. Porque no depende del mercado, sino de algo más humano: la emoción. Esa sensación de “si no la reservo hoy, me la sacan mañana”.
De lo que aprendí con los años (y de las historias que me contaron)
Después de tantos años en esto, me queda claro que el “mito del novio” es casi un reflejo de cómo éramos antes. Un mercado de palabra, de picardía, de gestos.
Pero los tiempos cambiaron. Hoy somos profesionales, trabajamos con datos, contratos claros, un código de ética y una matrícula con un Colegio que nos controla. Y sin embargo, cada tanto, aparece ese eco del pasado.
A veces lo escucho en un colega mayor, uno de esos que dice: “Mirá que hay otro que la quiere”. Y sonrío, porque me recuerda que este oficio tiene historia, y que parte de esa historia es aprender a negociar.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Qué significa que una propiedad tiene un “novio”?
Significa que supuestamente hay otro interesado en comprar o alquilar, lo que genera urgencia y competencia entre los posibles compradores.
2. ¿De dónde viene la expresión “ya hay un novio”?
Proviene del corretaje de antes, cuando los vendedores usaban la frase para apurar decisiones en un mercado más comercial que profesional.
3. ¿Sigue usándose hoy en día?
Sí, aunque en versiones más sutiles. Algunos propietarios o colegas la utilizan para transmitir interés y acelerar la negociación.
4. ¿Cómo saber si el “novio” es real?
Simple, pedí pruebas concretas (oferta, reserva o seña presentada). Si no hay nada formal, probablemente sea un recurso verbal.
5. ¿Qué hacer si me dicen que hay un “novio”?
Mantené la calma, analizá tu decisión y hacé tu oferta si realmente te interesa. Pero no te apures por presión.
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