¿Pensás comprar tu primera casa? Tu mascota puede definir si es la correcta
Compraste tu primer hogar, creías que todo era perfecto... hasta que tu mascota te muestra la verdad y pone a prueba tu paciencia

Mirá, llevo años mostrando propiedades y hay algo que se repite una y otra vez: la gente piensa en metros cuadrados, en la cocina, en el baño… pero se olvida de alguien muy importante: su mascota.
Sí, tu perro o tu gato (o lo que tengas) también va a vivir ahí. Y si el espacio no les funciona, después aparecen los problemas: que el perro rompe todo porque no tiene dónde descargar energía, que el gato se tira del balcón porque no había protección, que los vecinos se quejan.
Te voy a contar lo qué tenés que mirar si pensás comprar una vivienda y querés que tu mascota sea feliz.
El espacio no se mide solo en metros cuadrados
He visto gente comprar departamentos de 100 m² y el perro igual estaba incómodo. ¿Por qué? Porque el espacio estaba mal distribuido. Living chiquito, pasillos angostos, puertas que se cerraban solas… un desastre.
No es solo “grande o chico”. Si tenés un perro mediano, necesitás un living donde pueda jugar. Si es un gato, rincones y estantes para trepar. Una clienta me dijo una vez: “Mi gato tiene más metros de estantes que yo de placares”. Y tenía razón, el gato estaba chocho.
Plazas y espacios verdes cerca: tu mejor aliado
Acá te hablo como dueño de una mascota: vivir lejos de una plaza es una condena. Mi perro necesita correr, y si no lo hace, después se pone insoportable.
Si vas a comprar un departamento, fijate si tenés un parque cerca. Y no uno cualquiera: buscá esos que ya tienen caniles o sectores para perros. Rosario, Córdoba, Buenos Aires… cada vez hay más. Eso te salva la vida, de verdad.
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Balcones, terrazas y aberturas: la seguridad primero
Te lo digo con crudeza: más de una vez me llamaron por accidentes. Gatos que se cayeron de un balcón sin red, perros chicos que quedaron atrapados entre barrotes. Un horror.
Antes de enamorarte del depto, mirá bien los balcones. ¿Barandas bajas? Problema. ¿Ventanas batientes sin traba? Problema. Hoy las redes de protección no son un lujo, son casi obligatorias si vivís con un gato. Vale la pena invertir en eso desde el arranque.
Reglamento del consorcio: el papel que nadie lee
Este es el clásico error. La gente compra, se muda con el perro y después… ¡pum! el administrador les dice que no se pueden usar los ascensores con mascotas o que no se admiten animales grandes.
Le pasó a un conocido (que no me consultó antes): compró un 2 ambientes en pleno centro, feliz con su bulldog. A la semana, los vecinos lo denunciaron porque el perro roncaba fuerte (sí, increíble).
Lección: pedí el reglamento de copropiedad ANTES de firmar. Evitás broncas.
Materiales y terminaciones: el detalle que nadie mira
Pisos de madera + perro grande = rayones a la semana. Paredes pintadas con látex común + gato curioso = manchas y arañazos por todos lados.
Cuando acompaño a un cliente con mascota siempre le digo: buscá porcelanato, pisos vinílicos o cerámicos. Y pinturas lavables. Te salvan de muchos disgustos. Sí, quizás el inmueble con terminaciones resistentes cuesta un poco más… pero a fin de cuentas, te evita gastar el doble después.
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Ubicación y accesibilidad: no todo es el precio del m²
No alcanza con que la casa esté “linda”. Pensá en la rutina: ¿Vas a sacar a tu perro de noche? Entonces mirá si la zona tiene buena iluminación y veredas anchas. ¿Tenés gato? No parece tan importante… hasta que necesitás una veterinaria de urgencia a 10 cuadras de tu casa.
Un cliente me dijo una vez: “El veterinario me queda más lejos que el súper… pero voy más seguido a la veterinaria que a comprar leche”. Y tenía razón.
¿Y si mañana cambia tu situación?
Hoy tenés un perro chico. Mañana, quién sabe: adoptás otro, o tu hijo quiere un gato. Por eso, pensá en espacios flexibles. ¿Podés cerrar el patio? ¿Hacer divisiones internas? ¿Agregar una reja?
Comprá pensando en 10 años, no en 10 meses. Tu vida cambia, y la de tu mascota también.
Propiedades pet-friendly: un plus para el futuro
El mercado cambió. Antes nadie preguntaba si un edificio aceptaba mascotas. Hoy, cada vez más familias ponen eso como condición. ¿Qué significa? Que un departamento o casa pensada para convivir con animales vale más a futuro.
He visto propiedades con patios seguros venderse en una semana, mientras otras similares (sin esas condiciones) quedaban meses esperando. Comprar pensando en tu mascota no es solo un gesto de amor: también es una inversión inteligente.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Me pueden prohibir tener mascotas en un departamento?
En general, no. Pero ojo: algunos reglamentos internos ponen restricciones, y si firmás, después hay que cumplir.
2. ¿Qué pasa si compro y después el consorcio cambia las reglas?
Tienen que hacerlo en asamblea y bajo la ley. No pueden sacarte a tu perro de un día para el otro.
3. ¿Qué tipo de vivienda es mejor para un perro grande?
Lo ideal: una casa con patio. Si no, un departamento amplio en planta baja con plaza cerca.
4. ¿Conviene gastar en redes o pisos resistentes?
Sí. Te lo digo sin vueltas: es más barato prevenir que reparar.
5. ¿Hay inmobiliarias que entienden de mascotas?
Sí, cada vez más. Preguntá, porque si el corredor también es pet-lover, te va a mostrar lo que realmente necesitás.
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