¿Molestia por olores? Qué hacer cuando el problema viene del vecino

Cuando un olor molesto invade tu hogar desde el departamento de abajo, la convivencia se complica. Qué podés hacer antes de perder la paciencia

¿Molestia por olores Qué hacer cuando el problema viene del vecino - facundopolo.com

Una casa debería ser un refugio. Un lugar donde respirar hondo, relajarse y sentirse en paz. Pero a veces, algo tan simple como el aire se vuelve insoportable. Un olor extraño, persistente, que sube desde otro departamento y te roba la tranquilidad.

¿Qué podés hacer cuando la incomodidad se instala y no se va? Acá te lo contamos, paso a paso, sin drama... pero con firmeza.

Cómo actuar sin romper la convivencia (ni tu paciencia)

Vivir en un edificio tiene sus ventajas: te olvidás del pasto, tenés más seguridad, y todo está más a mano. Pero también tiene sus bemoles. Sobre todo cuando algo empieza a colarse en tu día a día y no sabés muy bien cómo manejarlo. Un olor. Persistente. Insoportable. Que viene del departamento de abajo.

Puede parecer un detalle… hasta que deja de serlo. Porque cuando ese olor empieza a meterse en tu casa, en tu ropa, en tus momentos de descanso, ya no es solo una molestia. Es un límite.

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¿Qué tipo de olores pueden colarse desde abajo?

Depende del caso, claro. Pero hay algunos clásicos que se repiten como un déjà vu:

Humo de cigarrillo o marihuana. Es de los peores. Se mete en los ambientes, en las cortinas, en las paredes… y parece que nunca se va.

Comida muy condimentada o en mal estado. Frituras intensas, especias que inundan el aire, o directamente restos que ya no deberían estar ahí.

Basura acumulada. Ese olor agrio y húmedo que se vuelve insoportable cuando llega el calor.

Humedad, moho, cloaca. Si hay filtraciones o problemas de cañerías, lo sentís enseguida. Y no es solo desagradable: puede ser peligroso.

Mascotas mal cuidadas. Olor a orina, heces o simplemente a animales que no reciben la higiene que necesitan.

El problema real empieza cuando esos olores dejan de ser algo ocasional y se convierten en parte de tu cotidianidad. Cuando sentís que el espacio que debería ser tu refugio ya no lo es del todo.

¿Molestia pasajera o problema legal?

Un poco de todo.

Es cierto que vivir en comunidad implica tolerancia. Pero también tiene límites. Y cuando ese límite se cruza, la ley está de tu lado.

El Código Civil y Comercial, en su artículo 1973, pone el foco en las llamadas “inmisiones”. Básicamente: lo que vos hacés en tu propiedad no puede afectar irrazonablemente a los demás. Si ese olor se volvió parte de tu vida sin que vos lo hayas elegido, tenés derecho a reclamar.

“Están prohibidas las inmisiones que exceden la normal tolerancia...”.

O sea: no hace falta que huela a jazmines, pero tampoco tenés que aguantar algo que compromete tu salud, tu bienestar o tu descanso.


¿Qué podés hacer antes de llevarlo a lo legal?

Antes de levantar el teléfono para llamar a un abogado, hay caminos más simples (y muchas veces más efectivos):

1. Observá y documentá.

No te apures. Tomate unos días. Mirá si el olor aparece siempre a la misma hora, si está relacionado con algo puntual (como la basura sin sacar o una pérdida). Si podés, sacá fotos, grabá videos, o anotá todo. No es solo para vos: puede servir si el tema escala.

2. Intentá una charla amable.

Parece obvio, pero muchas veces se pasa por alto. A lo mejor, tu vecino ni se enteró del problema. Acercarte desde un lugar humano puede hacer la diferencia. Un “che, noté un olor fuerte que sube desde abajo… ¿tuviste algún problema de cañerías o humedad?” es mejor que arrancar con reproches. Todos bajamos la guardia si del otro lado hay empatía.

3. Activá el consorcio.

Si no querés hablar directamente o ya lo hiciste y no funcionó, escribile al administrador. En general, tienen la obligación de intervenir. Algunos incluso pueden emitir advertencias formales. Y si el problema no es personal sino estructural, como una filtración, el consorcio también puede encargarse.

4. Buscá soluciones conjuntas.

Quizás no es mala intención. Tal vez tu vecino tiene mascotas, pero no sabía que se siente tanto. O cocina con mucho condimento y no usa extractor. A veces, un pequeño cambio -una limpieza más frecuente, sacar la basura antes, cerrar una rejilla- puede cambiarlo todo.

¿Y si ya probaste todo y nada cambia?

Ahí sí, hay que pensar en otras opciones:

Carta documento. Es una forma formal (y legal) de pedir que cese la conducta molesta.

Mediación comunitaria. En ciudades como Rosario o Buenos Aires, es gratuita y muy efectiva. Un mediador ayuda a que ambas partes encuentren un punto medio.

Demanda civil. Cuando el olor afecta tu salud, tu descanso o incluso el uso de tu casa, podés iniciar una acción por daño moral o pérdida de uso.

Reclamo ante organismos locales. Algunos municipios tienen oficinas para temas de salubridad o molestias vecinales. También podés acudir a Defensa del Consumidor si estás alquilando y el propietario no hace nada.

Eso sí: si vas a judicializar, hablá antes con un abogado que conozca de propiedad horizontal. No todos los conflictos se ganan, y vale la pena evaluar qué pruebas tenés y cuáles son las chances reales de éxito.

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Un recordatorio importante: la empatía también juega

Porque sí, tenés todo el derecho a vivir sin que tu casa huela mal. Pero también es cierto que no sabés lo que está viviendo el otro.

Quizás hay un problema de salud, acumulación compulsiva, soledad o simplemente desinformación. No se trata de justificar lo injustificable, pero sí de abordar la situación con humanidad. La vida en comunidad se construye. Y cuanto menos enemigos, mejor.




Preguntas Frecuentes

1. ¿Y si el olor viene de una persona acumuladora compulsiva?

Podés hacer la denuncia al consorcio, al municipio o incluso a organismos de salud mental. Son situaciones delicadas, pero hay que intervenir si hay riesgo para la salud o la seguridad.

2. ¿El administrador puede intervenir sin que yo me queje?

No. Necesita una denuncia formal. Pero una vez que se la hacés, tiene la obligación de actuar.

3. ¿Si alquilo, puedo reclamar igual?

Sí. Como inquilino podés hacer el reclamo directamente. De todos modos, siempre conviene avisarle también al dueño.

4. ¿Qué pasa si el olor me está afectando físicamente?

Hacete ver por un médico y guardá los diagnósticos. Eso puede ser clave si terminás haciendo un reclamo legal.

5. ¿Hay algo que pueda hacer mientras tanto?

Sí. Podés poner un purificador de aire, sellar rejillas, usar filtros de carbón activado o ventilar de forma estratégica. No soluciona la raíz, pero alivia mientras tanto.