¿Garantía para alquilar? Fianza o caución: lo que te conviene (según el caso)
Con la derogación de la Ley de Alquileres, el mercado cambió por completo. Y ahora la pregunta es: ¿Conviene más una fianza o un seguro de caución?
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Ambos mecanismos buscan garantizar el cumplimiento del contrato, pero sus implicancias, costos y responsabilidades son muy distintas. |
Desde que se cayó la Ley de Alquileres, los contratos se transformaron en un terreno lleno de libertad… y de dudas.
Propietarios que quieren más seguridad, inquilinos que buscan pagar menos, inmobiliarias tratando de equilibrar la balanza. Y en el medio, una pregunta que se repite: “¿Conviene más la fianza o el seguro de caución?”.
Y esa elección, puede cambiar la relación entre propietario e inquilino de punta a punta.
Qué es la fianza y por qué muchos propietarios aún la prefieren
La fianza es como ese amigo que te dice: “Tranquilo, si vos fallás, yo pongo la cara”.
Es una garantía personal, donde una persona (el fiador) se compromete legalmente a cumplir con las obligaciones del inquilino si este no lo hace.
Hace unos meses, una pareja joven quería alquilar un departamento cerca de la Facultad de Medicina. Buen perfil, ingresos estables, todo en regla. Pero no tenían fiador. Resultado: el propietario, un señor grande, rechazó el alquiler. Prefirió esperar un fiador antes que probar con un seguro. ¿Lo entiendo? Sí. ¿Lo comparto? No tanto.
En resumen:
● Ventajas: sin costo inicial, respaldo familiar o personal, tradición conocida.
● Desventajas: difícil de conseguir, muchos no quieren asumir esa responsabilidad, y los juicios pueden ser largos si algo sale mal.
Qué es el seguro de caución (y por qué está ganando terreno)
El seguro de caución es otra historia. Es una garantía emitida por una aseguradora que respalda al propietario en caso de incumplimiento.
Si el inquilino no paga o daña la propiedad, la compañía responde y después le reclama al inquilino. Es decir, no hay que perseguir a un fiador. Ni esperar que un primo firme. Ni andar rogando a un amigo.
Ventajas prácticas:
● No necesitás garantes ni negociar con parientes o amigos.
● Te permite alquilar más rápido.
● Las compañías responden rápido y tienen respaldo de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN).
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No te confundas: fianza y depósito de garantía no son lo mismo
Este punto lo repito siempre porque genera lío: fianza y depósito de garantía son dos cosas totalmente distintas.
● La fianza es un compromiso personal.
● El depósito es plata que el inquilino deja al inicio del contrato, por si hay daños o deudas menores al final.
Y no, uno no reemplaza al otro. De hecho, muchos contratos incluyen ambos: caución para el cumplimiento general y depósito para cubrir arreglos o detalles. El depósito es un “colchón”. Pero la fianza o la caución son “el cinturón de seguridad”.
Cuánto cuesta cada opción (y dónde se nota la diferencia)
A ver, hablemos de números.
● Una fianza no cuesta nada, en teoría. Pero conseguir un fiador con propiedad a su nombre (o varios, cada uno con un recibo de sueldo) puede ser una odisea.
● En cambio, el seguro de caución tiene un costo: suele rondar entre uno y dos meses de alquiler por todo el contrato.
Sí, duele un poco al principio, pero a cambio ganás velocidad y evitás depender de terceros.
Qué le conviene más al propietario
Desde el lado del propietario, la cosa es simple: lo que da más seguridad, gana.
Con fianza, la garantía depende del patrimonio del fiador. Si tiene una casa, perfecto. Pero si no, cobrar puede ser una novela.
Con caución, en cambio, la aseguradora paga rápido y después se arregla con el inquilino. Además, muchas pólizas cubren expensas, servicios y daños estructurales.
Por eso, la mayoría de los propietarios que buscan tranquilidad -especialmente los que alquilan a distancia o a través de inmobiliarias- prefieren la caución.
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Qué le conviene más al inquilino
Si sos inquilino, la respuesta depende de tu situación.
Si tenés un fiador sólido, alguien que confíe en vos, la fianza puede ser la opción más barata. Pero si no tenés a quién pedirle ese favor (y no querés mezclar familia o amigos con contratos), la caución es tu mejor aliada.
Una clienta me dijo hace poco: “Prefiero pagar el seguro y dormir tranquila, antes que andar pidiendo a mi tía que firme por mí”. Y tiene razón. La tranquilidad también vale.
Cómo cambió todo con la derogación de la Ley de Alquileres
Con la Ley de Alquileres fuera del mapa, los contratos volvieron a la libertad contractual. Eso significa que cada parte puede negociar plazos, actualizaciones y garantías como prefiera.
El problema es que, sin un marco uniforme, cada contrato es un mundo. En este contexto, el seguro de caución se volvió el gran protagonista, porque brinda una estructura clara, respaldo formal y rapidez.
En resumen: ¿fianza o caución?
A ver, no hay una respuesta universal. Depende de tu perfil, tu bolsillo y tu nivel de confianza con la otra parte.
● Si sos propietario y querés evitar problemas: caución.
● Si sos inquilino y tenés a alguien que te respalde: fianza.
● Si sos práctico y no querés complicarte: caución, sin vueltas.
A fin de cuentas, lo importante no es la herramienta, sino que las reglas estén claras desde el principio. Un buen contrato con una garantía sólida vale más que cualquier promesa de palabra.
Preguntas Frecuentes
1. ¿La fianza reemplaza al depósito de garantía?
No. Son cosas diferentes. La fianza es un compromiso personal; el depósito es dinero para cubrir daños o deudas menores.
2. ¿El seguro de caución cubre alquileres impagos?
Sí, la aseguradora le paga al propietario y luego le reclama el monto al inquilino.
3. ¿Qué necesito para contratar un seguro de caución?
Ingresos comprobables, DNI y, en la mayoría de los casos, un análisis crediticio.
4. ¿Cuánto cuesta una póliza de caución?
Entre uno y dos meses de alquiler, dependiendo del perfil del inquilino y la aseguradora.
5. ¿Cuál es la garantía más segura para el propietario?
La caución. Porque paga rápido, tiene respaldo legal y evita conflictos personales.
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