¿Tu propiedad no enamora? Probá estos tips antes de bajar el precio
Con algunos cambios simples podés transformar tu propiedad en un imán para compradores. Te contamos cómo hacerlo sin gastar una fortuna

¿Querés vender tu casa más rápido y sin que te pregunten “cuánto menos la dejás”? El home staging puede ser tu mejor aliado. No es cuestión de decorar por decorar ni de hacer grandes gastos.
Se trata de crear una atmósfera que invite a soñar, un lugar donde el comprador pueda imaginar su vida. En esta guía, te contamos cómo lograrlo con pasos simples y efectivos.
Home staging: cuando el ambiente habla, el comprador escucha
Entrar a una casa y sentir que podría ser tu hogar. Eso es lo que busca el home staging. No es magia, pero se le parece. Porque cuando los espacios transmiten calidez, orden y vida, el comprador no solo mira… se imagina viviendo ahí.
Y la verdad es que no hace falta hacer reformas costosas ni contratar un estudio de diseño. A veces, basta con mover un sillón, cambiar una lámpara o esconder esa pila de papeles que vive en la mesa del comedor.
Mostrá una casa… no tu historia
Uno de los errores más comunes es dejar la casa tal como la vivís. Con fotos de la familia, imanes en la heladera, colecciones de souvenirs y esa repisa llena de libros que solo vos amás. Pero cuando se trata de vender, lo personal puede jugar en contra.
El comprador necesita ver potencial, no recuerdos ajenos. Si lo primero que ve es tu vida, le va a costar imaginar la suya. Guardá lo que tenga carga emocional. Creá un ambiente neutro, pero con alma. Como un escenario listo para estrenar.
Limpieza y orden: dos aliados que nunca fallan
Puede parecer obvio, pero no alcanza con “pasar un trapito”. El comprador va a mirar todo: los vidrios, los marcos, las juntas del baño. Y lo va a hacer sin avisar.
Además, el desorden le quita metros a los ambientes. ¿El truco? Sacar lo que sobra. Una cocina con pocas cosas en la mesada se siente más amplia. Un placard medio vacío sugiere espacio. Un baño sin frascos ni cepillos a la vista transmite frescura. Todo eso suma. Y mucho.
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Que entre la luz (y que te ayude)
La luz natural es un imán. Si tenés buena entrada de sol, aprovechala: abrí cortinas, levantá persianas, dejá que el espacio respire. Si el ambiente es más oscuro, no lo disimules: sumá lámparas cálidas, luces LED, algún aplique bien ubicado.
Pensá que la iluminación no solo muestra… también emociona. Una luz suave puede hacer que un dormitorio parezca un refugio. Un living bien iluminado se vuelve más acogedor, más “vivible”.
Pintá con intención: neutro no es aburrido
Una mano de pintura puede cambiar la energía de una casa entera. Y no, no hace falta elegir colores estridentes ni seguir tendencias. Lo que funciona, siempre, son los tonos claros: blanco, marfil, gris suave. Porque agrandan, armonizan y no generan rechazo.
¿Y si tu casa tiene paredes verdes, violetas o mostaza? Pintalas. La verdad es que, aunque a vos te encanten, pueden espantar a más de uno.
Dale a cada ambiente un protagonista
Así como una escena de cine necesita un foco, cada ambiente debería tener un punto que capte la atención. Una alfombra, una lámpara, un cuadro, un florero bien elegido. Algo que guíe la mirada y diga: “Acá hay algo especial”.
No hace falta que compres nada nuevo. A veces, solo tenés que mover las piezas. Como en un rompecabezas que, de repente, encaja.
Hay tres espacios que venden solos (si están bien presentados)
La cocina: mantenela limpia, despejada y funcional. Si la heladera está decorada como un mural infantil, es momento de liberarla. Y si las alacenas tienen tiradores antiguos, podés renovarlos sin gastar demasiado.
El baño: espejo impecable, toallas ordenadas, un toque de verde natural. Que huela bien. Que dé gusto entrar.
El dormitorio principal: pensalo como un lugar de descanso. Usá colores suaves, ropa de cama fresca y no lo satures de muebles. Que invite a cerrar los ojos y quedarse.
¿Tenés un balcón o un patio? Mostralo como un plus
Un espacio exterior -por más chico que sea- es un diferencial enorme. Y es que después de tanto encierro, tener dónde tomar aire se volvió esencial.
Un juego de sillas, una mesita, un par de macetas bien cuidadas. No necesitás más que eso para transformar un rincón olvidado en un oasis urbano.
Apelá a los sentidos: el detalle invisible que enamora
El home staging no es solo visual. También es olfativo, táctil, auditivo. Un aroma suave a cítricos o lavanda, una música instrumental de fondo, una manta de textura agradable… todo eso genera emoción, aunque no siempre se note de forma consciente.
Es como entrar a una casa ajena y sentirte cómodo desde el minuto uno. Esa sensación vale oro.
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Las fotos: la primera puerta que se abre
Hoy, la mayoría de las búsquedas inmobiliarias arrancan online. Y lo primero que define si alguien pide una visita o no, es la foto.
Por eso, después de aplicar todo el home staging, sacá fotos buenas. Con luz natural, con el celular en horizontal, desde ángulos que muestren amplitud. Y si podés, contratá a un profesional. Lo que gastás en imágenes lo recuperás en visitas.
Dejá que recorran con calma
Cuando alguien va a ver una propiedad, necesita imaginar cómo sería su día a día ahí. Si lo apurás, lo acompañás todo el tiempo o llenás los silencios con explicaciones, le sacás ese momento.
Mostrá lo necesario, respondé si te preguntan, y después, dejá que camine, mire y sueñe.
Preguntas frecuentes
¿Hace falta contratar a alguien para hacer home staging?
No necesariamente. Con asesoramiento de tu inmobiliaria y algo de criterio podés aplicarlo vos. Pero si la propiedad tiene muchos ambientes, está vacía o lleva meses sin venderse, un profesional puede ser una buena inversión.
¿Cuánto cuesta más o menos?
Depende del estado inicial del inmueble. Hay cambios que no cuestan casi nada y marcan la diferencia. Un home staging básico es mucho más económico de lo que pensás.
¿Y si la casa está vacía?
Se puede aplicar igual. Usando muebles temporales, alfombras, cortinas livianas o algunos objetos decorativos. La idea es “contar” cómo se puede vivir ese espacio y ayudar al comprador a visualizar su funcionalidad.
¿Cuándo conviene hacerlo: antes o después de publicar?
Siempre antes. Las fotos deben mostrar la mejor versión del inmueble desde el primer día. No hay segundas oportunidades para una primera impresión.
¿Funciona en todos los casos?
Sí. No importa si es un departamento chico o una casa grande, en zona céntrica o en un barrio tranquilo. Una buena presentación siempre ayuda.
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