Aranceles entre China y EE.UU.: fuerte impacto en la industria de la construcción
La guerra comercial afecta directamente al sector, que depende de insumos clave importados del gigante asiático, como acero, vidrio y maquinaria pesada

La disputa comercial entre Estados Unidos y China ha dejado de ser una cuestión diplomática para convertirse en un problema estructural que compromete directamente a la industria de la construcción. La fuerte dependencia de insumos importados, sumada a la incertidumbre económica y a la falta de trabajadores calificados, coloca al sector frente a un escenario de alta vulnerabilidad.
Los factores clave que explican por qué los aranceles recíprocos podrían frenar el desarrollo del sector y encarecer aún más el acceso a la vivienda.
Un conflicto comercial con efectos estructurales
La guerra comercial entre Estados Unidos y China, iniciada bajo la administración de Donald Trump, continúa generando consecuencias significativas para distintos sectores económicos. Uno de los más afectados es el de la construcción, altamente dependiente de insumos y materiales provenientes del país asiático.
A pesar de los avances y retrocesos en las negociaciones, el actual esquema de aranceles recíprocos ha generado una situación de incertidumbre. Esto no solo encarece los costos de producción, sino que además compromete la continuidad de numerosos proyectos inmobiliarios e industriales.
El rol clave de las importaciones chinas en la construcción
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), más del 6% de los insumos utilizados por la industria de la construcción en Estados Unidos provienen directamente de China. Esta dependencia se manifiesta especialmente en sectores como la maquinaria pesada, materiales básicos y componentes industriales.
En 2023, Estados Unidos importó:
- 152.000 millones de dólares en equipos pesados, lo que representó el 27% del total nacional.
- 117.000 millones de dólares en aparatos mecánicos, incluyendo grúas y maquinaria especializada.
- 13.000 millones de dólares en materiales de construcción, lo que equivale al 7% del total utilizado en nuevas edificaciones.
Estas cifras, proporcionadas por el Departamento de Comercio estadounidense y la Asociación Nacional de Constructores, reflejan una relación comercial estrecha y difícil de reemplazar en el corto plazo.

Vidrio, plástico y acero: los insumos más críticos
Entre las materias primas más sensibles al impacto de los aranceles figuran el acero, el vidrio y el plástico industrial. Solo en acero, Estados Unidos importó productos por un valor cercano a los 19.000 millones de dólares, destinados principalmente a estructuras edilicias.
En el caso del vidrio y el plástico, la situación es aún más compleja: China no solo domina el mercado global, sino que además ofrece precios considerablemente más bajos que otros proveedores. La limitada capacidad de producción local convierte la sustitución de estos insumos en una tarea costosa y de difícil implementación.
Consecuencias directas: proyectos paralizados y mayores costos
La falta de materiales y el encarecimiento de los costos están provocando la postergación de numerosos proyectos de construcción en todo EE.UU. Las empresas buscan alternativas, pero las opciones disponibles son escasas y más costosas.
Este freno llega en un momento particularmente delicado para el sector, afectado por altos niveles de inflación y tasas de interés elevadas, que ya venían golpeando al mercado inmobiliario y a las constructoras. La imposibilidad de acceder a insumos esenciales podría traducirse en nuevos aumentos de precios y una desaceleración aún mayor en la actividad.
Una industria clave bajo presión
La construcción representa aproximadamente 1.83 billones de dólares anuales y aporta un 3,15% al Producto Bruto Interno (PBI) de Estados Unidos. Además de los problemas derivados del comercio internacional, el sector enfrenta otro desafío estructural: la escasez de mano de obra.
Las políticas migratorias restrictivas, aplicadas durante el gobierno de Trump, redujeron significativamente la cantidad de trabajadores disponibles en el rubro. Esta situación podría derivar en un incremento adicional en los costos de construcción y, a mediano plazo, en un alza sostenida en los precios de las viviendas.