Misterios y leyendas del edificio más angosto y curioso de Córdoba
Con apenas 3,70 metros de ancho, combina arquitectura neoclásica, anécdotas insólitas y rumores que lo transformaron en un símbolo de la ciudad

En el corazón de Córdoba, donde la ciudad vibra a cada paso, La Mundial se alza como una obra maestra de la arquitectura y la imaginación urbana. Estrecha, elegante y envuelta en leyendas, esta joya sigue cautivando a quienes se detienen a mirarla con curiosidad renovada.
El edificio que desafía las reglas del espacio
En una esquina bulliciosa del centro cordobés, una construcción llama la atención de quien pase: La Mundial, un edificio tan estrecho que parece imposible. Con solo 3,70 metros en su parte más angosta y 32 metros de altura, esta obra sigue sorprendiendo a locales y visitantes por igual.
Una respuesta creativa a un problema urbano
La historia de La Mundial comenzó a principios del siglo XX, cuando la actual avenida Emilio Olmos debía ser ensanchada. La demolición de un edificio dejó un terreno angosto en la intersección con calle Rivadavia, y los dueños de la compañía de seguros La Mundial decidieron no desaprovecharlo. Contrataron a dos arquitectos franceses, quienes diseñaron una obra a medida del pequeño lote.
En 1931, tras cuatro años de trabajos, el edificio abrió sus puertas con un marcado estilo neoclásico: columnas imponentes, pilastras ornamentales, balaustradas y balcones de hierro forjado adornan su fachada. Con siete pisos y una terraza que alberga dos departamentos, La Mundial suma en total 850 metros cuadrados de superficie.
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Un espacio estrecho, pero lleno de vida
A pesar de sus limitaciones espaciales, La Mundial se adaptó al ritmo de la ciudad. En su planta baja funcionan dos locales comerciales, uno de ellos ocupado por la tradicional panadería Mediterránea, que conserva imágenes históricas de la esquina más angosta de Córdoba.
Por su aspecto afilado hacia la intersección, los vecinos no tardaron en apodarlo "la Gillette", en referencia a las hojas de afeitar.
Entre leyendas y secretos urbanos
Como todo ícono con historia, La Mundial está rodeada de relatos que alimentan su mística. Según el historiador Carlos Ighina, su primer propietario habría amasado su fortuna mediante la explotación de prostíbulos, aunque su vida terminó marcada por la tristeza tras la muerte de su esposa.
Los rumores no terminan ahí: también se especuló con la existencia de túneles secretos bajo el edificio, utilizados para actividades ilícitas, e incluso de pasadizos que lo conectarían con iglesias cercanas. Aunque nunca se hallaron pruebas de estas versiones, el aura de misterio persiste, haciendo de La Mundial mucho más que un edificio: un verdadero símbolo vivo de la ciudad.