Una generación sin techo: los jóvenes ya no sueñan con comprar
En un contexto de inestabilidad económica, acceder a la vivienda propia sigue siendo un desafío para los jóvenes menores de 40 años

En un país atravesado por crisis económicas recurrentes, el acceso a la vivienda se vuelve una meta lejana para gran parte de la población. Un reconocido especialista analiza los factores que dificultan la compra de una propiedad, las limitaciones del mercado de alquileres y los desafíos estructurales que impiden soluciones de fondo.
Un sueño cada vez más lejos para los jóvenes
El acceso a la vivienda propia se ha transformado en un objetivo difícil de alcanzar para gran parte de la población, especialmente para quienes tienen menos de 40 años. Así lo sostiene el economista Gonzalo González Rouco, quien analiza cómo los cambios estructurales de la economía nacional han modificado las aspiraciones de las nuevas generaciones.
“Nos adaptamos a lo que podemos”, resume el especialista, quien remarca que desde hace al menos 15 años la economía argentina no genera condiciones favorables para el ahorro ni para el acceso al crédito hipotecario. A diferencia de generaciones anteriores, hoy muchos jóvenes no proyectan la compra de una vivienda, sino que priorizan la posibilidad de mantener un alquiler.
Según González Rouco, la decisión entre comprar o alquilar depende del objetivo personal de cada individuo. Desde una perspectiva financiera, pueden existir alternativas más rentables que la vivienda propia. Sin embargo, si el propósito es habitarla, “la respuesta es sí”, afirma.
El financiamiento, una barrera estructural
Uno de los principales obstáculos para acceder a una propiedad es la falta de financiamiento. Actualmente, se otorgan entre 1.500 y 2.000 créditos hipotecarios por mes en todo el país, una cifra baja en comparación con la demanda.
Si bien existen mecanismos como los créditos UVA, la inflación y las altas tasas de interés limitan considerablemente su accesibilidad, especialmente para los sectores jóvenes. En este escenario, la posibilidad de adquirir una vivienda se vuelve remota para gran parte de la clase media.
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Alquileres: cambios normativos y un mercado más restringido
En relación al mercado de alquileres, el economista señaló que la reciente modificación del marco normativo -tras la derogación de la Ley de Alquileres y su reemplazo por un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU)- trajo cierta flexibilidad a los contratos. Aunque estas medidas no solucionan todos los problemas del sector, generan un entorno más estable en comparación con el anterior.
Sin embargo, González Rouco advirtió sobre una reducción en la oferta de tipologías disponibles. “El mercado de alquileres es cada vez más chico en cuanto a variedad de viviendas”, explicó. Esto podría generar dificultades en el futuro, sobre todo para quienes buscan propiedades más amplias o adaptadas a necesidades familiares.
Más allá de las leyes: el rol clave del ingreso y el empleo
Para el especialista, el debate sobre el acceso a la vivienda no se resuelve únicamente desde el plano legal. Subraya que es fundamental mejorar los ingresos reales de la población y avanzar hacia un mercado laboral más formalizado.
“El problema estructural central es la falta de financiamiento”, concluye, al señalar que cualquier política habitacional sostenible debe estar acompañada por medidas que estimulen el empleo y fortalezcan la capacidad adquisitiva de los ciudadanos.
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